Sam Sunderland (Gas Gas) levantó su segundo Touareg en las dos ruedas tras soportar el ataque de Pablo Quintanilla (Honda), que ganó la etapa final pero se tuvo que conformar con un brillante segundo puesto, al igual que en 2020. Tercero se ubicó Matthias Walkner (KTM).
Cumpliendo los pronósticos, Sam Sunderland logró aguantar el ataque de su escolta Pablo Quintanilla y se quedó con su segunda victoria en el Rally Dakar, tras la conseguida en 2017 al mando de una KTM.
Los 160 kilómetros de la última especial, entre Bisha y Jeddah, no fueron suficientes para un Quintanilla que atacó desde el primer kilómetro, pero al que le resultó imposible descontar los casi siete minutos que lo separaban del líder. De igual manera el chileno logra un excelente resultado, mostrándose como el representante más fuerte de Honda y ratificando la decisión del equipo que lo convocó para reemplazar al último ganador de la carrera, Kevin Benavides.
Sunderland sube al podio por cuarta vez en este evento -fue tercero en 2019 y 2021- y al mando de la Gas Gas, pone al frente de la general a una nueva marca, quebrando el protagonismo de KTM y Honda, que se habían adueñado de las últimas 20 ediciones de esta carrera -18 para la marca austríaca y las últimas dos para los japoneses.
Tercero se ubicó Matthias Walkner, que también regresa al podio luego de sus apariciones en 2017, 2018 -su único triunfo-, y 2019. Más atrás aparece Adrien Van Beveren (Yamaha), quien suma la cuarta marca diferente en las cuatro primeras posiciones de la general, y que a pesar de no haber logrado su primer podio, se va con una sonrisa por quebrar la racha de cuatro abandonos seguidos.
El Top 5 se completa con el “invencible” Joan Barreda Bort (Honda), quien disputó toda la segunda semana de la carrera más dura del planeta con una clavícula fracturada y aún así no perdió el tren de la punta.
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