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Kalle Rovanperä, el nuevo “niño prodigio” del WRC

A los 8 años empezó a manejar coches de rally y no paró. Hoy, con 19, es el piloto más joven del Mundial, donde ya sumó su primer podio. La historia de este “finlandés volador” que parece no tener techo.

Hace ya una década, la imagen de un pequeño de ocho años manejando con soltura un Toyota Starlet con los pedales modificados en los nevados bosques de Jyväskylä, en Finlandia, llamó la atención. “Ese va a ser piloto de rally”, sentenciaron todos en esos días. Y sí, no era difícil de imaginar su destino teniendo en cuenta que el niño era Kalle Rovanperä, hijo de Harri, quien supo competir en el WRC donde acumuló 15 podios y un triunfo, alcanzado en el Rally de Suecia 2001.


Precisamente en esos caminos -no tan nevados en este 2020- Kalle ya anotó su nombre al convertirse en el piloto más joven de la historia del Mundial en subirse al podio luego de ser tercero en su segunda presentación con el Toyota Yaris WRC y tras batir a su compañero y múltiple campeón Sébastien Ogier en el cierre de la prueba, con scratch incluido en el Power Stage. Y se trata, además, del piloto que menos pruebas ha necesitado para lograr su primer podio (Loeb necesitó tres, Lappi cuatro y Ogier ocho).


Nacido el 1° de octubre de 2000, Rovanperä tiene dos nacionalidades: finlandesa por parte de padre y letona por parte de madre. Con solo tres años empezó a montar en bici y en quad, a los seis pasó a los coches y en 2015, a los 14, compitió en Letonia, donde la licencia de conducir no es un requisito para participar en los rallys. Eso sí, en los enlaces su auto era conducido por el navegante Risto Pietiläinen, quien fue el copiloto de su padre.


Su ascenso no deja de sorprender. Fue campeón letón de la clase R2 en 2015 y de la clase Open en 2016 y 2017 antes de pasar en 2019 al WRC2 del Mundial, donde después de triunfar llegó a la cumbre del deporte en este 2020 con solo 19 años tras haber fichado con el poderoso equipo Toyota Gazoo Racing, siendo compañero de Ogier y de Elfyn Evans.


Muchos sostienen que la comparación con la meteórica carrera de Max Verstappen en la Fórmula 1 es inevitable. Con 17 años y 166 días, el neerlandés se convirtió en el piloto de F-1 más joven de la historia; luego continuó rompiendo récords al ser el más joven en puntuar, en liderar una vuelta y en ganar una carrera de la Fórmula 1.


Además de un talento excepcional, ambos se beneficiaron de los consejos y de la experiencia de sus padres y comenzaron a correr a una edad en la que la mayoría de nosotros ni siquiera sueña con eso. También tiene en común un estilo espectacular de manejo y una gran autoconfianza que los lleva a ir al límite e incluso más allá (por ejemplo, muchos recordarán el terrible accidente que Kalle sufrió en el Rally de Argentina 2018), aunque saben que eso es también parte del aprendizaje.


“No siento la presión, simplemente quiero hacerlo lo mejor posible y ver hasta dónde llego”, sostiene Rovanperä, quien ya tiene en la mira un sinfín de récords a batir por delante, por ejemplo el de ser el ganador más joven de un rally en la historia del WRC (en poder de su compatriota Jari-Matti Latvala, con 22 años). Habrá que esperar, aunque no sería sorpresa que lo lograrse mucho antes de lo que uno se imagina.



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